Desde que Aless Lequio falleció por un cáncer, Ana Obregón, su madre, no ha dejado de luchar por seguir adelante con su vida envuelta en muchas polémicas, como el reciente nacimiento de su nieta Anita. Sin embargo, la actriz lo ha hecho con un objetivo único y claro: cumplir los tres deseos de su hijo antes de morir.
Ana Obregón ha presentado ahora su nuevo libro. Un libro que, asegura, empezó escribiendo Aless, pero que no logró finalizar por culpa de su enfermedad. Dos años pasaron hasta que fue capaz de leerlo. Emocionada, descubrió en su hijo «el talento que tenía para escribir».
«Llegué de enterrar a mi hijo y no quería vivir. Poco a poco fui pensando que tenía que cumplir los tres deseos que él me había transmitido antes de morir: tener una hija, publicar un libro y hacer una fundación para la investigación del cáncer», ha contado la actriz. Y así lo ha hecho.
Según relata Ana Obregón, ha estado durante nueve meses encerrada para escribirlo. «Es una obra escrita por una madre con el corazón mutilado y tinta roja. Las 312 páginas son un canto a la vida y un canto a la muerte; un homenaje a mi hijo y a todos los valientes que luchan por vivir con el cáncer», añade.
Han sido años difíciles para la actriz, que confiesa que «cuando me enteré de que mi hijo se moría, quise quitarme la vida desde un séptimo piso, pero el suicidio es una cobardía». Seguir su legado es lo que le ha hecho continuar viva para que, allá donde esté, pueda estar feliz.
Un legado que también ha querido dejar sellado con el nacimiento de su nieta Anita, hija de Aless Lequio. «Dentro de muchos años, Anita, mi nieta, estará orgullosa de leer este libro», ha dicho Ana. Y ha desvelado: «Yo, a Anita, le hablo de su papá todas las noches. A las 9 menos cinco de la noche la cojo en brazos, miro al cielo y digo, ‘Bendito seas, Aless'».
La actriz, que se ha mostrado sonriente y con el único propósito de hablar de su nuevo libro, ha asegurado estar ahora feliz. Y ha dejado claro: «Cuando tienes que enterrar a tu único hijo cualquier crítica me hace cosquillas».