Desde el momento en que papa Francisco fue elegido pontífice hizo historia, nunca antes había existido un papa latinoamericano lo cual lo convierte en el primer papa argentino de la iglesia católica.
Así mismo nunca antes había dimitido un papa hasta el 2013 cuando Benedicto XVI decide dejar su puesto. Ahora tras su muerte, otro hecho histórico tiene lugar, un papa en funciones preside el funeral de su predecesor. Ya que lo usual es que los papas permanezcan como la máxima autoridad de la iglesia hasta que llegue el momento de su muerte y llega el momento de elegir al nuevo papa.
El funeral del papa emérito
El pontífice argentino presidió el funeral de su predecesor, fallecido el pasado 31 de diciembre, a los 95 años, tras casi 10 desde su renuncia al pontificado, y que ofició el decano del colegio cardenalicio, el italiano Giovani Battista Re, y concelebraron 130 cardenales, 400 obispos y 4 mil sacerdotes.
Los restos mortuorios de Benedicto permanecerán en la antigua tumba de Juan Pablo II quien fue trasladado a la superficie de la Basílica de San Pedro en mayo del 2011 al ser ungido como santo. Tradicionalmente pese a ser sepultados en las grutas vaticanas, algunas partes del cuerpo de los papas suelen ser conservadas para que puedan ser veneradas en caso de un proceso de canonización, a excepción de casos como el de Juan Pablo II cuyo cuerpo permanece entero en la Basílica. Aun no se ha declarado que harán con el cuerpo del papa emérito después de la ceremonia.
Sus restos mortales fueron colocados en el centro del atrio de la plaza vaticana, tras una procesión desde el interior de la Basílica y después de que este miércoles, al cierre de una capilla ardiente que han visitado casi 200 mil personas, fueran introducidos en un féretro de madera de ciprés, como manda la tradición.
Aunque se ha seguido gran parte del protocolo para despedir a un papa, los hechos sin duda son acontecimientos inusuales en la historia de la iglesia católica.