Según un nuevo estudio, tener sueldos bajos durante gran parte de la vida laboral de una persona afecta negativamente a su memoria en la vejez. Esto puede deberse a otros factores que aceleran el deterioro cognitivo.
Sube el precio de la gasolina, sube el coste de vida en España y el precio de la electricidad aumenta más que nunca, pero los sueldos se mantienen. Y eso tiene consecuencias, tanto para la salud mental como para la física. Un estudio publicado en American Journal of Epidemiology, se muestra la relación entre los sueldos bajos y la pérdida de memoria en la vida posterior.
Katrina Kezios autora del estudio ha explicado que su investigación “proporciona nueva evidencia de que la exposición sostenida a salarios bajos durante los años de ingresos máximos se asocia con un deterioro acelerado de la memoria”,
El estudio se fundamentó en el análisis los registros del Estudio Nacional de Salud y Jubilación (HRS) de adultos de Estados Unidos, para los años 1992-2016. Por lo tanto, solo se tiene en cuenta un país y un periodo muy concreto. Sin embargo, más allá de las diferencias económicas de cada país en cada época, no sería extraño que sea extrapolable a otros grupos, especialmente ahora que todo el mundo está pasando por distintas crisis económicas.
¿En qué consistió el estudio?
Fueron analizados los datos de 2.879 personas, nacidas entre 1936 y 1941. El salario bajo se definió como el salario por hora inferior a dos tercios del salario medio para el año correspondiente. Así, se clasificó a los participantes en tres grupos, según si nunca tuvieron un salario bajo, si lo tuvieron siempre o si solo lo percibieron de forma intermitente. Después, enfrentaron esa información a los datos de disminución de la memoria en los próximos 12 años.
Observaron que aquellos que tuvieron salarios bajos durante prácticamente toda su vida laboral experimentaron una disminución de la memoria significativamente más rápida en la vejez. De hecho, tuvieron alrededor de un año más de envejecimiento cognitivo por cada diez años.
La situación económica afecta a la salud.
La mayoría de estudios sobre enfermedades, tienen en cuenta factores como el género, la edad o la predisposición genética, pero también se suelen considerar el nivel de estudios o la posición socioeconómica.
Se ha visto que los sueldos bajos pueden favorecer que se desencadenen trastornos y síntomas como la depresión, la obesidad o la hipertensión. Estos, a su vez, aceleran el deterioro cognitivo. Por eso, no es extraño que también se vea afectada la memoria. Pero es algo que no se había analizado hasta ahora.
Por este motivo, en un comunicado publicado por los autores de este estudio, se insta al gobierno de los Estados Unidos a subir el salario mínimo como herramienta para cuidar la salud mental. Ya que incluso cuando se disfruta de la profesión, la opción siempre debería ser trabajar para vivir, no vivir para trabajar. Y, sobre todo, trabajar para poder recordarlo.