Cuando subieron al avión Joanna Jones, madre de la menor, pidió a la tripulación que dijera a los pasajeros que no comieran frutos secos, ya que su hija tiene una severa alergia a los cacahuetes, inmediatamente se hizo el anuncio por los altavoces para pedir la colaboración de los pasajeros explicando la situación.
Fue entonces que un hombre ubicado 10 filas delante de la familia abrió un paquete de nueces y cacahuetes ignorando las advertencias sobre la alergia de la adolescente a los frutos secos.
Jones alertó al equipo aéreo que intentó convencer al hombre para que guardara el paquete de frutos secos, pero él se negó y continuó consumiendo los alimentos.
Con solo 14 años sufrió una grave reacción alérgica mientras el vuelo de British Airways que iba desde Isla Antigua (Antigua y Barbuda) con dirección Londres cruzaba el atlántico. La adolescente sufrió un desmayo y estuvo a punto de morir debido al shock anafiláctico. Tuvo que ser atendida de urgencia con oxígeno e incluso fueron necesarias dos inyecciones de epinefrina para dilatar sus vías respiratorias y evitar así una constricción de la garganta y laringe.
El piloto avisó a las autoridades aéreas de lo ocurrido, en caso de que fuese necesario realizar un aterrizaje de emergencia, lo cual finalmente no fue necesario, gracias a la intervención de una enfermera que viajaba a bordo y ayudó a estabilizar a la niña.
Cuando el avión llegó a Londres, una ambulancia trasladó a la menor hasta un hospital, donde pudo recuperarse por completo. Aunque no pasó de un gran susto, el suceso podía haber acabado en tragedia: «Fue una experiencia horrible y todo podría haberse evitado si este hombre hubiera escuchado los anuncios y no hubiera comido nueces», ha lamentado la madre de la afectada.