Solo escuchar la palabra bullying nos horroriza, y más si el desenlace de una historia es el peor de todos. Drayke, de 12 años, se suicidó al no poder aguantar más el bullying que sufría. Sus padres, que no eran conocedores de la batalla que libraba solo su hijo, han querido ahora hacer justicia por él y visibilizar su historia para que se acabe con esta lacra social.
Hace solo una semana, su madre publicaba un post con una imagen de ella dándole un beso a su hijo ya fallecido. En él, escribía: «Este es el resultado del bullying. ¿Cómo un niño de 12 años que fue tan amado por todo el mundo piensa que la vida es tan dura que necesita apartarse de ella?». Y afirmaba que no estaba segura de cómo navegar esta vida sin él. «Se suponía que iba a pasar el resto de mi vida contigo, y en vez de eso, pasaste el resto de la tuya conmigo», expresaba.
El post iba acompañado de unas imágenes duras que ya se han hecho viral en las redes sociales. En ellas, aparecen sus padres y sus dos hermanas abrazando a Drayke, ya fallecido en una camilla de hospital y con un color de piel totalmente pálido. En esas imágenes, también se aprecia el cuello del pequeño morado a causa de los hematomas que sufrió al colgarse.
Ahora, se cumplen siete días desde el fallecimiento del pequeño de 12 años. Su madre le ha recordado con imágenes acompañadas de un texto que dice: «Mi corazón está en paz mi amorcito, sabiendo que sigues dejando tu huella en el mundo. De alguna manera estaremos bien, dale a la abuela el abrazo más grande de mi parte y dile que te amé mucho. Ten cuidado. Mamá».
Sin duda, la historia de Drayke debe ser un precedente para acabar por fin con el bullying. En eso están trabajando ahora sus padres, con un dolor que perdurará siempre, y en eso debemos trabajar toda la sociedad para acabar con esta lacra social que, sobre todo, afecta a los más pequeños.