No es la primera vez que escuchamos que una fiesta se le va de las manos a los organizadores, y más si por medio hay alcohol. Sin embargo, nunca pensaríamos que llegaría a tanto como la fiesta que organizó Justin Bieber en Los Ángeles, que acabó en tiroteo.
El cantante quiso hacer una celebración por la final de la Super Bowl e invitó a su fiesta un día antes del gran evento deportivo a varios famosos, entre ellos Leonardo DiCaprio, Kendall Jenner o Khloe Kardashian. Todo iba de maravilla hasta que sobre las 3 de la madrugada se escucharon disparos.
Resulta que el rapero Kodak Black, que estaba fuera del local donde se celebraba la fiesta hablando con Gunna y Lil Baby, tuvo un altercado con un desconocido. Tras un forcejeo, el individuo sacó un arma y disparó hiriendo a cuatro personas que más tarde tuvieron que ser atendidas en el hospital, una de ellas el propio Kodak.
Según el comunicado de la policía de Los Ángeles, «los disparos fueron realizados por un sospechoso desconocido, quien luego huyó hacia el sur del lugar. Los paramédicos del Departamento de Bomberos de Los Ángeles respondieron y transportaron a dos víctimas a hospitales locales. Los oficiales descubrieron que había dos víctimas adicionales que se trasladaron por su cuenta a hospitales locales, lo que elevó el total de heridos a cuatro. Las cuatro víctimas se encuentran en condición estable».
No ha trascendido cómo ni por qué razón comenzó el altercado a las puertas del local donde Justin Bieber había organizado la fiesta. Lo que sí sabemos es que alguno de sus amigos invitados tiene antecedentes un tanto sospechosos. Kodak está acusado de agresión, robo, secuestro de un menor, y posesión de armas y drogas, entre otras.