¿Cómo responde nuestro cerebro a la música?
El ser humano a través de la música logra cambiar su estado mental y la explicación está en nosotros 11 de octubre de 2021 a las 15:05 por Andreina De BarrioUna nueva investigación de la American Physiological Society sugiere que las personas sin formación musical tienen áreas del cerebro que pueden identificar y responder a la música, incluso si no están familiarizadas con el género que están escuchando.
Se ha demostrado que la exposición a sonidos específicos puede causar cambios a largo plazo en la corteza auditiva, el área del cerebro que procesa el sonido. Pero existe un área de «selectividad musical», compuesta por poblaciones neuronales que responden más a la música que a otros tipos de sonidos.
La corteza cerebral responde fuertemente a los sonidos musicales familiares y desconocidos, en comparación con los sonidos no musicales o diferentes ruidos, tanto en los participantes músicos como en las personas sin formación musical. Ahora, los científicos buscarán determinar si esta habilidad refleja el conocimiento implícito obtenido a través de la exposición típica a la música o si está presente desde el nacimiento.
El funcionamiento de la selectividad musical
Las características de la música no suelen ser relevantes para que las áreas del cerebro dedicadas a la selectividad musical se pongan en acción. Por eso no es necesaria la presencia de melodías fáciles de recordar o que provocan un impacto emocional inmediato. Se ha demostrado que el cerebro reacciona incluso ante sonidos de instrumentos claramente alejados de la cultura en la que vive el receptor.
Gracias a esa respuesta de nuestro cerebro muchas marcas actualmente aún optan por la publicidad a través de canciones, entre la década de los años 50 y 70 el jingle vivió su época dorada. Las marcas comenzaron a bombardear a la población con sus temas musicales, siempre acompañados de una simpática y pegadiza rima. En una época en la que la población se encontraba saturada de información, esta técnica publicitaria ayudaba a que los espectadores recordaran fácilmente el mensaje.
Prueba de ello es que, si escribimos “635 30 30 30 HolaWifi”, un gran porcentaje de lectores cantarán el número de contacto y recordarán la melodía en la que se ha transmitido este mensaje en nuestras emisoras musicales.