Los diputados franceses aprobaron por unanimidad esta madrugada una proposición de ley para prohibir las terapias de conversión de homosexuales, practicadas en su mayoría por creencias conservadoras y religiosas.
La proposición, que ahora tiene que ser aprobada en el Senado, prevé un delito contra los supuestos terapeutas que puede ser penado con hasta dos años de cárcel y 30.000 euros de multa, e incluso tres años de cárcel en caso de reincidencia, la pena podría incrementarse a tres años de prisión y 45.000 euros de multa cuando los actos se cometan contra un menor.
El objetivo de la ley es sancionar aquellas «prácticas, comportamientos o declaraciones repetidas destinadas a modificar o reprimir la orientación sexual o la identidad de género» de una persona que puedan «alterar su salud física o mental».
Se distinguen estas llamadas «terapias» en tres categorías: «religiosas», con llamadas a la abstinencia y sesiones de «exorcismo«; «médico» con tratamientos hormonales, hipnosis o incluso terapia de electroshock; y «social» mediante el uso de «matrimonios forzados» heterosexuales.
Sin embargo, la ley puede no ser aprobada de forma definitiva si el Senado no acelera su adopción, puesto que en febrero próximo se cierra el periodo de sesiones para dar paso a la campaña presidencial.
Este tipo de actos ya pueden ser juzgados a través de la violencia deliberada, el abuso de debilidad, la práctica ilegal de la medicina, el acoso o la discriminación. Sin embargo, se considera necesario crear una infracción específica para poder valorar mejor el fenómeno y apoyar a las víctimas ante la dificultad de presentar una denuncia.
En Europa, Malta y Alemania ya han prohibido estas «terapias» de conversión. En los Países Bajos y el Reino Unido se están tomando medidas similares. En Canadá, los diputados aprobaron un proyecto de ley en este sentido a finales de junio.