Para entender cómo actúan las vacunas contra el COVID-19 es necesario saber cómo nuestro cuerpo combate las enfermedades. Cuando algunos gérmenes, invaden nuestro organismo, atacan y se multiplican, significa que estamos siendo infectados, y ese es el origen de las enfermedades infecciosas. Nuestro sistema inmunitario tiene diversas herramientas para combatir las infecciones, la principal se encuentra en nuestra sangre, esta contiene glóbulos rojos que transportan oxígeno a los tejidos y órganos, y glóbulos blancos o inmunitarios que combaten las infecciones.
La primera vez que una persona se infecta con el virus que causa el COVID-19, su cuerpo puede demorar varios días o semanas en desarrollar y usar todas las herramientas necesarias para combatir los gérmenes y vencer la infección. Después de la infección, el sistema inmunitario de la persona recuerda lo que aprendió sobre cómo proteger al organismo de la enfermedad.
Existen varios tipos de glóbulos blancos, los macrófagos encargados de absorber y digerir los gérmenes, al actuar dejan en el organismo los llamados “antígenos” que son parte de los gérmenes invasores. Otro tipo de glóbulo blanco son los linfocitos B, que actúan como defensa produciendo anticuerpos que atacan a las partes del virus que dejaron atrás los macrófagos y finalmente los linfocitos T que son los que acatan a las células del organismo que ya están infectadas.
Luego de una infección el organismo conversa algunos linfocitos T, conocidos como “células de memoria” porque son capases de actuar rápidamente si el organismo vuelve a encontrar el mismo virus.
¿Cómo actúan las vacunas contra el COVID-19?
Las vacunas contra el COVID-19 ayudan a nuestro organismo a desarrollar inmunidad o a conseguir esas “células de memoria” contra el virus que causa el COVID-19 sin que tengamos que padecer la enfermedad.
Los diferentes tipos de vacunas actúan de diferentes formas para brindar protección. Pero, con todos los tipos de vacunas el organismo se queda con un suministro de linfocitos T de «memoria», además de linfocitos B que recordarán cómo combatir ese virus en el futuro.
A veces, después de la vacunación, el proceso de generar inmunidad puede causar síntomas, por ejemplo, fiebre. Estos síntomas son normales y son una señal de que el organismo está desarrollando inmunidad.