En el mes del orgullo el Consejo de ministros Español aprueba un proyecto de ley para la Igualdad Real y Efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos del colectivo LGTBI. Esta norma es el resultado de 15 años sin cambios legislativos al respecto y demuestra un avance frente a la actuación de países europeos que siguen cuestionando los derechos de las personas LGBTI.
Además de dejar claro que todas las personas son iguales y por lo tanto tienen los mismos derechos, este proyecto de ley busca que las personas dejen de ser percibidas como enfermas, o como victimas de patologías que deben ser curadas por salir de lo que se considera normal.
¿Qué contiene el proyecto de ley?
- Cambio de sexo y nombre. De ser aprobado el proyecto de ley, podrán solicitar el cambio en el Registro Civil las personas que sean mayor de edad. En caso de los menores es preciso cumplir con algunos aspectos adicionales que buscan protegerlos “de manera especial”. Entre los 12 y 14 años, se requerirá de un expediente de jurisdicción voluntaria; mientras que entre los 14 y los 16 años el menor deberá ir acompañado en todo el proceso de sus progenitores (si existe un desacuerdo entre ambos, se establecerá la figura de un mediador).
- Ratificación con doble comparecencia. La ley estipula que el proceso de cambio de sexo no estará completo, hasta que la persona que decide hacer el cambio, haya acudido 2 veces ante el Registro Civil, la primera vez para que se le informe de las consecuencias, medidas de apoyo y asistencia de asociaciones, y en la segunda, a los tres meses, la persona afectada deberá ratificar o no su decisión, lo que le aporta cierto grado de “seguridad jurídica” a la norma.
¿Por qué parte del movimiento feminista se opone?
A pesar de reclamar la igualdad de género, representantes del movimiento feminista se han opuesto abiertamente a la Ley Trans ya que dicen que se trata de “retroceso en la protección de la mujer”. Así mismo considera que en la puesta en marcha y aprobación de la nueva Ley Trans hay «intereses económicos» y de «reforzar estereotipos de género». Carlota Bárcena pone en el centro del debate cuestiones como que, desde su punto de vista, ya «hay casos de abogados que recomiendan como estrategia a algunos acusados de maltrato, que se autoidentifiquen como mujeres».