Más allá de hacerle seguimiento a una noticia y en principio tratar de ayudar a la madre a localizar a las niñas, los medios de comunicación saben que su audiencia está interesada en saber que es lo que ha pasado, no porque necesitan saberlo, ni porque eso cambiará lo que ha pasado, simplemente saben que el ser humano, se siente atraído a saber más sobre desgracias de este tipo.
El bombardeo mediático sobre una noticia, puntualmente una mala noticia, hará que el efecto de esta, resulte peor, metafóricamente hablando si hace frío, el viento y la humedad hará que sintamos que la temperatura en más baja, lo mismo pasa con las malas noticias, mientras más sea repetida peor nos hará sentir y necesitaremos saber más. Varios estudios sobre medios de comunicación social alertan sobre el efecto en cascada al consumir pesimismo. Parece ser que la relación es que apenas el 5,6% son “buenas noticias”, 1 buena contra 17 malas. En el peor de los casos, la continuidad de malas noticias estimula estados de depresión y provocan tal impacto emocional que conduce a tomar decisiones equivocadas. Muchos estudios han demostrado que nos preocupamos más por los peligros que por los beneficios de las cosas. Somos mucho más sensibles a lo que estimula nuestro estado de alerta, que a nuestras motivaciones positivas. Tendemos a sentir más miedo que felicidad.
Los neurocientíficos atribuyen esto al hecho que nuestro cerebro ha estado evolucionando preservando nuestra supervivencia en un medio hostil plagado de amenazas. Actualmente al no tener ese tipo de amenazas reales, las noticias, concretamente las malas son las que nos mantienen alerta y por lo tanto preparados para las amenazan que puedan aparecer.
Basándose en la teoría de la probabilidad, que explica que las cosas negativas e inusuales pueden ocurrir en cualquier momento y en cualquier lugar, los medios de comunicación suelen acumular la mayor cantidad de malas noticias con el único fin de alcanzar mayores audiencias. A pesar de que la perspectiva neurocientífica y la teoría de la probabilidad respalden estas acciones, es importante tener en cuenta que podemos cambiar nuestros hábitos, podemos centrarnos en lo positivo de la vida y más importante aún, debemos tener presente que hoy estamos hablando de dos niñas, no son simples estadísticas, sus familiares ven cada publicación que se hace viral y les afecta. Acompañemos su dolor con el respeto y distancia que todos merecemos.