Por muchos años se ha considerado que una persona que no actúa como se espera, que no cede ante manipulaciones está “loca”, se a normalizado que a las mujeres se les señale como “locas” sobre todo cuando experimentan cambios de humor debido a los cambios hormonales. Algunas personas usan los cambios de humor como justificación para la manipulación que tratan de ejercer contra la mujer.
Antes de juzgar a una mujer o tratar de buscar las causas de su comportamiento en estereotipos o patrones sociales, es importante analizar su entorno y para ello hay que saber identificar las técnicas que usan los abusadores, una de las más comunes pero menos evidente es el Gaslighting.
¿Qué significa Gaslighting?
El termino Gaslighting, no tiene traducción al español, ya que viene de la película clásica de Hollywood llamada “Gaslight”, en la que un hombre manipula a su esposa para que crea que está loca con el fin de robarle su fortuna, como durante la película ha logrado aislarla y siempre está a solas con ella, él atenúa la luz de gas y le hace creer que el fuego sigue brillando con la misma intensidad, como parte del proceso para engañarla y manipularla. «Gaslighting» es un patrón de abuso emocional en la que la víctima es manipulada para que llegue a dudar de su propia percepción, juicio o memoria. Esto hace que la persona se sienta ansiosa, confundida o incluso depresiva.
¿Cómo saber si estas siendo manipulado/a?
Aunque esta película nos muestra un caso extremo, esta técnica de manipulación es más común de lo que parece, en situaciones del día a día tanto hombres como mujeres han normalizado la manipulación psicológica de la pareja, os pongo unos ejemplos que parecen inocentes, pero que forman parte de esta técnica de abuso:
Persona 1: “Me ha sentado mal que me lo dijeras así”
Persona 2: “Yo nunca dije eso, te lo habrás imaginado”
O peor aún, cuando intentan que la persona se sienta responsable:
Persona 1: “Cuando hiciste eso me afecto mucho”
Persona 2: “Era una broma, eres demasiado sensible y te tomas las cosas en serio”, “eres muy exagerada/o”, «estás haciendo una tormenta en un vaso de agua», etc.
Cuando se enfrenta a un abusador de ese tipo, siempre que intentes pelear o defenderte, obtendrás el mismo tipo de respuesta, simplemente porque esta persona lo seguirá usando para manipularte. Este tipo de manipulación es muy sutil pero peligrosa, ya que lleva a continuar relaciones tóxicas, a creer que realmente hay algo malo en nosotros, a ser inseguros y a depender de la opinión de otros. Por lo que terminamos llenos de dudas y totalmente aislados sin otra persona más que nuestro abusador.
¿Qué puedes hacer?
- Solo tú puedes identificar lo que sientes
Recuerda que las emociones no son ni buenas ni malas, y nadie te puede decir si lo que sientes es cierto o no. Si tú dices «eso me hizo sentir criticado» o «me sentí triste por lo que hiciste» no lo estás sometiendo a debate. A fin de cuentas, si sientes que te humillan o te dañan psicológicamente, solo tú sientes eso; lo que experimentas no está sujeto a discusión. No te disculpes por sentir, lo que sí debes evitar es agredir, manipular o actuar de forma dañina.
- Confía en tu intuición
Si sientes que algo no está bien, ponle atención a eso y examina qué partes no cuadran. A la hora de analizar las propias vivencias, nuestra experiencia cuenta más que la del resto.
- No busques la aprobación
Resiste la tentación de convencer al otro para obtener aprobación, en vez de eso puedes decir «Estamos en desacuerdo» o «Pensé en lo que me dijiste, pero no lo siento verdad para mi» o «Escucho lo que dices, pero mi realidad es muy distinta a la tuya». Eres perfectamente libre de poner fin a una conversación.
- Mantén tus límites personales
Si alguien los traspasa, hazlo saber y plantea una consecuencia. Por ejemplo, si te gritan o abusan verbalmente de ti, puedes decir «no me siento cómodo con lo que dijiste, me parece una falta de respeto y no lo pienso dejar pasar». Mantente firme.