Pablo Alborán publica ‘Vértigo‘, su quinto disco. Un álbum que hizo durante la pandemia y sin expectativas. Sin ser esclavo de lo que la gente esperaba de él, aunque preocupado por ello.
El malagueño parece haberse soltado. Algo que le suele ocurrir a todos los artistas con el paso de los años; comienzan «encorsetados» en un estilo y luego acaban haciendo ‘lo que les dé la gana’, como Dani Martín.
Y eso mismo es lo que le ha ocurrido a Pablo Alborán en su nuevo disco. El cantante afirma que «es realmente lo que he querido hacer: hay tomas que han salido de una sola vez, cosas experimentales, una bachata, alguna ida de pinza… Y ahí está el riesgo, en el momento en que dices ‘aun así, vamos palante, es tuyo, es lo más puro que has hecho ahora, es fiel a tu presente'».
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‘Vértigo’ es un álbum con caídas al vacío. Sin embargo, Alborán asegura que él se pasa el día mirando hacia arriba, hacia las estrellas. «Todos los días, diez minutos antes de irme a la cama, lo hago», asegura. Como también asegura sentirse feliz y afortunado pese a la situación por la pandemia que atravesamos.
El cantante malagueño se ha abierto a contar facetas suyas que nunca desveló. Entre ellas que cuando las cosas salen bien piensa en su abuelo, que murió cuando él tenía solo 12 años. «Siempre tengo la curiosidad de saber qué opinaría él de todo», concluye.
Así pues, su nuevo disco ya está en la calle. Y aunque dice tener ideas en la cabeza y muchas de ellas nuevas, sentencia que «estamos atados a lo que nos diga el Gobierno».