Si de algo nos hemos dado cuenta es que la gran mayoría de las casas en España no están adecuadas a nuestras necesidades. La falta de espacio, de luz o de zonas al aire libre se ha hecho notar aún más durante el confinamiento.
Tras dos meses encerrados en nuestros respectivos hogares, nos hemos dado cuenta de qué funciona y qué ha fallado en cuanto a la arquitectura de la casa. En su día, muchas personas acristalaron sus terrazas o balcones para tener más metros cuadrados en el interior, lo que ahora les ha llevado a pensar que quizá fue un error hacerlo.
Los pisos en España presentan muchas otras trabas y distribuciones poco flexibles que antes no les habíamos dado importancia. Probablemente, por ello, el sector ha empezado a detectar que la demanda se desplaza hacia las afueras de las ciudades en busca de otro tipo de viviendas con más espacio.
Sin embargo, ¿cambiará esto la forma en la que demandemos nuestra próxima casa? ¿Demandaremos casas más abiertas al entorno o, por lo contrario, más individualistas? ¿Aisladas o en una comunidad? Lo que es seguro es que el confinamiento ha cambiado nuestra visión acerca de nuestra próxima vivienda.